Positive Coffee: donde el café se encuentra con la naturaleza.

Positive Coffee nació en Frutillar como un sueño: un triciclo de café de especialidad creado por dos sureños que apostaron por lo simple y lo auténtico. Lo que comenzó con incertidumbre se transformó, gracias a su perseverancia y amor por el buen café, en su gran pasión.
Hoy, Tania nos comparte su camino emprendiendo en el sur, y cómo hoy su negocio se ha transformado en una marca querida y un imperdible que hay que conocer al venir al sur.

¿Cómo comenzaron con su negocio?

Siempre tuve en mente tener mi propia cafetería. Estudié administración de empresas, luego trabajé en el rubro gastronómico, y me encantó. Después trabajé en varias cafeterías y aprendí a hacer café. Pero mientras tanto, seguía con esa idea rondando en la cabeza.
Estuve muchos años absorbiendo experiencia y aprendiendo todo lo que podía. Hasta que en 2019, junto a Cris, tomamos la decisión. Teníamos algo de dinero ahorrado y nos dijimos “¿lo intentamos o seguimos esperando?”.

Encontramos un triciclo en Puerto Montt y el dueño no quería vendérselo a cualquiera, así que entrevistó a los interesados y se decidió por nosotros. Lo compramos y empezamos de a poco. Participamos en una feria gastronómica y nos fue bien y después, fui a la Municipalidad a preguntar dónde podríamos instalarnos en Frutillar, y nos dieron un permiso temporal por el mes de marzo justo en el lugar donde estamos hoy.

Y luego vino la pandemia. Todo se cerró y el triciclo quedó ahí, estacionado por meses. Durante ese tiempo, la Municipalidad nos permitió seguir ahí y cuando comenzaron a autorizar espacios abiertos, le dije a Cris: “¿Y si presentamos un proyecto y nos quedamos acá?”. Teníamos todos los permisos al día y eso nos permitió abrir como café para llevar. En plena pandemia, eso fue clave para poder repuntar. A veces pienso en ese momento y digo: ¡fue una locura! Pero lo hicimos.

Desde el principio, nuestro objetivo fue claro: queríamos ofrecer un café para llevar en Frutillar Bajo. Siempre hemos creído que este lugar tiene algo especial. Nos decían que no iba a funcionar en invierno, que no habría suficiente movimiento… pero nosotros mirábamos el paisaje, el lago, la gente caminando, y lo visualizábamos funcionando todo el año. Nos entusiasmamos y creímos en eso.

Con el tiempo, la gente empezó a salir, y muchas personas viajaron al sur porque no se podía salir del país. Llegaron a Frutillar, y nos empezó a ir bien. Siempre fuimos muy rigurosos con tener todo en regla: los permisos, la normativa, la administración. Para mí, eso ha sido fundamental. Operar tranquila y segura, con el respaldo de la Municipalidad, ha sido clave para que este proyecto siga creciendo.

¿Qué es lo que los hace únicos?

Desde el primer día, nuestro objetivo con el triciclo fue claro: ofrecer un café de especialidad, de verdad. Cuando conocimos el mundo del café, sentimos que habíamos descubierto un diamante en bruto. Entender el origen del grano, cómo se cultiva, cómo se tuesta y cómo se prepara fue algo que nos marcó, y que quisimos siempre transmitir a cada persona que se acercara al triciclo.

No fue fácil al principio. Había que explicar que el café sabía distinto, que no usábamos leche hervida, que la base era un espresso bien hecho… detalles que para muchos eran nuevos, pero que para los turistas –que venían con el concepto más incorporado– resultaban familiares. Eso nos ayudó a validar lo que estábamos haciendo.

Con el tiempo, fuimos formando una comunidad de clientes que valora la calidad y que vuelve una y otra vez porque reconoce ese sabor que no encuentra en otro lugar. Nunca hemos bajado el estándar. Nos seguimos formando, buscamos proveedores que compartan nuestra visión, cuidamos la limpieza y mantención de la máquina, y afinamos cada preparación con atención al detalle. Porque el café de especialidad no es solo un buen grano: es respetar toda la cadena, desde el origen hasta la taza.

También entendemos que hay gustos diversos. Hay quienes piden café con sabor, y para eso investigamos qué granos combinan mejor con jarabes, para ofrecer siempre una buena experiencia. Tenemos un tipo de café para máquina y otro para tomar sin mezclar. Todo está pensado con intención.

Y claro, el lugar también es parte de lo que nos define. Estamos frente al lago, a pasos del muelle, en un lugar privilegiado donde la gente puede tomar su café caminando, respirando, recorriendo Frutillar. No es solo comprar un café: es vivir la experiencia de estar acá. En cinco minutos tienes tu bebida y puedes salir a disfrutar. Esa libertad, ese contacto con la naturaleza, es algo que no se puede mostrar en redes, pero se siente al probar el café.

Al final, el café es una excusa para conectar. La atención también es parte fundamental de lo que hacemos: estar disponibles, recibir bien, acoger al turista o al vecino que pasa. Si alguien quiere emprender en esto, creo que más allá de saber preparar café, tiene que tener disposición, amabilidad y amor por lo que hace. Porque cuando eso está, se nota. Y se siente en cada taza.

¿Qué ha sido lo más desafiante?

El clima, totalmente. Porque somos un formato de calle y a veces nos impide trabajar. Los primeros años dependíamos completamente del día para poder seguir. Ahora con el paso de los años nos sabemos organizar para aprovechar los días buenos y poder parar cuando llueve, porque acá te tienes que planificarte en función del clima y las temporadas.

¿Que sueñas para tu negocio?

Nuestro sueño es tener una micro tostaduría y tostar nuestro propio café. No queremos crecer por crecer, ni convertirnos en una gran marca comercial. Lo que nos mueve es seguir cuidando la calidad, mantener el oficio y hacer las cosas bien, con calma. Poder tostar nuestros granos, preparar nuestros propios cafés y ofrecer algo que de verdad represente lo que somos.

También soñamos con tener, algún día, nuestra propia cafetería. Pero no es algo que nos apure. Le tenemos un cariño enorme al triciclo, ha sido parte de nuestra historia desde el comienzo y todavía sentimos que tiene mucho por entregar.

Además, tenemos una trimoto que queremos ubicar de forma fija en algún lugar. Estamos buscando el espacio ideal, quizás en un mall o en una universidad 👀

Consejos para alguien que quiere emprender en el sur

• Tener una buena administración del negocio, estar al día con los permisos y ser ordenado. Es lo básico.
• También, hay que tener mucha paciencia, todo es paso a paso. Hay que seguir intentándolo, aunque las cosas se vean oscuras a veces. Va a llegar un momento en que lo que tu siembres va a dar frutos. Esto no es de un día para otro.
• Les sugeriría explorar negocios relacionados al turismo, Frutillar es un destino turístico. Mirar el mundo gastronómico, siempre hay espacio para nuevas propuestas.

Recomendaciones para quienes nos visitan por primera vez

Que disfruten la naturaleza, que respiren, conozcan y se relajen. A veces llegan muy acelerados, medios asustados y los invito a relajarse y disfrutar. Muchos quieren venirse al sur, y los invito a venirse. Hay muchos lugares para conocer y por vivir. Frutillar está en crecimiento y necesitamos más personas, más diversidad.