Los Bajos: Un tesoro escondido en Frutillar

A orillas del Lago Llanquihue, en la comuna de Frutillar, se encuentra Los Bajos, un sector rural que parece detenido en el tiempo. A tan solo 12 minutos en auto del centro de Frutillar Bajo, este rincón del sur de Chile ofrece una conexión genuina con la naturaleza, el campo y la vida tranquila de la región de Los Lagos.
🗻 Un paisaje de praderas, agua y volcanes
Los Bajos deslumbra por su paisaje abierto: praderas verdes que llegan hasta la orilla del lago, bosques nativos dispersos y, en los días despejados, vistas privilegiadas al volcán Osorno y al volcán Calbuco. El Lago Llanquihue baña las costas del sector con playas tranquilas, muchas veces solitarias, ideales para caminar, hacer picnic, o simplemente contemplar la inmensidad del entorno.
👩🏻🌾 Vida rural auténtica
A diferencia de otras zonas más urbanizadas de Frutillar, Los Bajos mantiene una fuerte identidad agrícola y ganadera. Es habitual ver rebaños de ovejas pastando libremente, tractores trabajando en los campos y pequeños huertos familiares. Las casas de colonos, muchas de madera y tejas tradicionales, recuerdan la herencia alemana que dejó huella en toda la zona.
🌳 Senderismo y paseos tranquilos
Los caminos de ripio que atraviesan Los Bajos son perfectos para quienes disfrutan de caminar o andar en bicicleta sin rumbo fijo, rodeados de paisajes rurales. Desde ahí, es posible conectarse con otros sectores cercanos como Playa Maqui, Quilanto y la ruta hacia Puerto Octay, explorando así la belleza menos conocida del borde costero del Llanquihue.
⛵️ El Muelle

🐏 Emprendedores locales
Aunque aún no es un destino masivo, en Los Bajos han surgido algunas opciones de turismo rural, alojamientos en cabañas y emprendedores locales que destacan por su calidad y cercanía con la comunidad. Un ejemplo claro es el queso de Cabra, que puedes encontrar en varios comercios de la comuna.
🙌🏼 Un refugio de calma
Para quienes buscan descanso verdadero, lejos del ruido, Los Bajos es un tesoro escondido. Ya sea para pasar un día explorando sus playas, alojar en alguna parcela, o simplemente hacer una pausa en el camino entre Frutillar y Puerto Octay, este sector invita a reconectar con lo esencial: el aire limpio, el agua, el paisaje, el tiempo.